jueves, 31 de julio de 2014

ÍNDICE DE LA PRIMERA GENERACIÓN DE CRISTIANOS.

El argumento de Romanos: el lugar de los gentiles en una teología judía.

             CARTA A LOS ROMANOS.

             A causa de su extensión y complejidad teológica, la carta a los Romanos se ha estudiado frecuentemente más como un tratado teológico que como una carta. La circunstancia que hemos abordado previamente muestra que se trataba de una verdadera carta, como todas las demás; sin embargo, entre sus objetivos se incluía la presentación de la teología misionera de Pablo para conseguir el apoyo necesario. Por tanto, el cuerpo de la carta (1,16-11,36) fue dedicado a esta explicación teológica, mientras que la sección exhortativa (12,1-15,33) tenía el objetivo de mostrar cómo esta teología ayudaba a reforzar los valores fundamentales y la ética social en el seno de las iglesias domésticas (cf. cuadro 8.11)

           

           Han surgido diversas teorías que intentan relacionar el argumento de la carta con una situación o problema particular de las iglesias de Roma. En el gozne temático que abre el cuerpo de la carta aparece un elemento principal de su argument:

Rom 1,16-17: "16Porque yo no me acobardo de anunciar la buena noticia, fuerza de Dios para salvar a todo el que cree, primero al judío, pero también al no judío, 17pues por su medio se está revelando la amnistía que Dios concede, única y exclusivamente por la fe, como dice la Escritura: "El que se rehabilita por la fe, vivirá" (Hab 2,4)." (Traducción de la Nueva Biblia Española) ,

           A lo largo de la carta, Pablo expone el lugar que los judíos y los gentiles tienen en el plan de salvación. Algunos autores han visto el reflejo de un conflicto entre los seguidores judíos y gentiles del mvomiento de Jesús en Roma, exacerbado, tal vez, por el hecho de la expulsión de la mayoría de los judíos de Roma llevada a cabo por el emperador Claudio en el año 49 d.C. Por otra parte, no aparece una polémica real contra unos adversarios en cuanto tal. Por tanto, el agotador esfuerzo por dar una respuesta a cada bando puede ser el simple reflejo de que era consciente de estar adentrándose en una comunidad formada por judíos y gentiles y que habían suscitado cuestiones relativas a su, en ocasiones, predicación estridente. ¿Exigía Pablo que el movimiento de Jesús abandonara totalmente sus raíces judías? ¿Consideraba que se trataba de un movimiento en cierto modo diferente, independiente del judaísmo en virtud de que afirmaba que Jesús era el Mesías? ¿Había dejado de ser el Israel bíblico el pueblo elegido de Dios? A cada una de estas preguntas respondía enfáticamente de forma negativa.

         Para comprender el argumento que Pablo expone en Romanos como reflexión teológica, hemos de analizarlo a partir de la premisa fundamental de su misión gentil "primero al judío pero también al griego"-, clarificándola mediante una serie de cuestiones retóricas y contraargumentaciones. Podemos esbozar con Wayne Meeks su argumentación del siguiente modo:

I. La justicia de Dios también para los gentiles (1,16-3,31)

   A. "Primero el judío, pero también el griego": Dios es imparcial (1,16-3,20).

         1. La ira de Dios revelada a los gentiles por su idolatría (1,16-2,16).

         2. Los judíos que pecan también son castigados (2,17-29).

         3. Los judíos tienen la ventaja de la Torá, pero tienen la misma oportunidad de pecar               (3,1-20). 

  B. La justicia de Dios revelada para todos mediante la muete de Jesús (3,21-26).

  C. Cuestiones y posibles objeciones (3,27-31).

        1. ¿Ha rechazado Dios a su pueblo, es decir, a los judíos? (cf. caps. 9-11).

        2. Si la salvación es un don, ¿queda infravalorada la vida moral? (cf. 6,1-7,6).

        3. ¿Es perversa la Torá o ha sido abolida?  (cf. 7,7-25).

        4. ¿Qué pasa con la promesa hecha a Abrahán? (cf. cap.4).

II. El paradigma de la justicia de Abrahán (4,1-25).

III. ¿Cómo se realiza la justicia? (5,1-8,39).

  A. Las consecuencias de ser justificado (la "justificación"; 5,1-11).

  B. El nuevo Adán (5,12-21).

  C. Respuestas a las objeciones del cap. 3 (6,1-7,25).

  D. La vida en el Espíritu y el eschaton (8,1-39).

IV.  ¿Ha rechazado Dios a Israel? (9,1-11,36).

  A. Juramento inicial: la preocupación de Pablo por los judíos (9,6-29).

  B. La liberación divina mostrada en el pasado de Israel (9,6-29).

  C. Los errores de Israel en el pasado (9,30-10,21).

  D. Pero Dios no ha rechazado a Israel (11,1-32).

  E. Doxología conclusiva: el impresionante misterio de Dios (11,33-36).

                  El evangelio al que Pablo se refiere es la muerte de Jesús como el mesías crucificado. Considera su muerte como expiación que cumple la promesa hecha a Abrahán por haber estado dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac (Rom 8,32). El hecho de que haya llegado el mesías judío significa para Pablo que ha comenzado la era escatológica de Israel. Pero entiende que la proximidad de la era escatológica es el tiempo en el que los gentiles se volverán definitivamente hacia Dios. En cuanto "luz para los gentiles", Pablo considera su misión como la que anuncia esta oportunidad limitada. Estos presupuestos teológicos, elaborados mediante su predicación a los gentiles durante su misión egea, se recogen ahora en un ensayo más sistemático sobre la condición general de los gentiles en el pensamiento judío y cómo pueden ahora -tras siglos de negar al único Dios verdadero, el Dios de Israel- obtener el estatus de la justicia necesaria para formar parte de la congregación de los elegidos de Dios. Pablo responde: "mediante la fe", es decir, gracias a la fidelidad de Jesús al morir en la cruz. Por este solo mecanismo, sostiene, se cumple tanto la promesa de la salvación hecha a Israel y se revela también la apertura a los gentiles para que se unan a esta salvación. Aun cuando su formulación resultara descomunal posteriormente, al desarrollarse una teología cristiana específica al margen del judaísmo, para Pablo no existía tal dicotomía, puesto que el marco temporal escatológico era breve (cf. Rom 13,11-14 y cap.9). 

El objetivo de la carta a los Romanos.

        CARTA A LOS ROMANOS.

                La preocupación inmediata de Pablo era llevar la colecta a Jerusalén, pero la carta a los Romanos tenía otro objetivo: preparar la nueva misión en España, donde, de nuevo, esperaba poder trabajar directamente con gentiles. Puesto que Pablo no había estado nunca en Roma y no conocía ninguna de las iglesias domésticas de la ciudad, la carta quería servir como presentación. Al decir que quiere "ser enviado" a España por las iglesias domésticas de Roma, tras "disfrutar un poco de vuestra compañía" (15,24), Pablo estaba utilizando el lenguaje técnico de las cartas de recomendación. Con otras palabras, lo que Pablo quería decirles era lo siguiente: "Deseo que me recibáis bien y me ayudéis económicamente para la siguiente etapa de mi viaje a España". Sin lugar a dudas, en Roma se había oído hablar de sus problemas o se le consideraba peligroso. De aquí que, mediante la explicación de su teología de la misión, la carta a los Romanos pretendía crear la base para que se convirtieran en sus nuevos patrones de misión, así como las iglesias de Filipos lo habían sido para la misión egea.

               Otro elemento en la estrategia de Pablo consistía en contar con los amigos que ya tenía en Roma. Sobre todo, Prisca y Aquila, que habían regresado a Roma y eran anfitriones de una iglesia doméstica (Rom 16,3-5) [Según Hch 18,1-4,() Prisca y Aquila habían llegado a Corinto desde Roma tras la expulsión de los judíos por Claudio en el 49 d.C. Este relato indica que eran de etnia judía, pero, posiblemente, también eran seguidores del movimiento de Jesús -aún considerado una secta del judaísmo- mientras que vivían en Roma.]. Dado el número de otras personas que vivían en Roma y a quienes llama por su nombre (Rom 16,6-15), Pablo debe haber contado con numerosos contactos de Antioquía o del Egeo que ahora vivían allí; suponiendo, claro está, que el capítulo 16 pertenece a la carta a los Romanos [Algunos especialistas pienasn que Rom 16 no pertenecía a la carta original, sino que fue añadido posteriormente, cuando se envió una copia a Éfeso, el último lugar, por lo que sabemos, en el que vivieron Prisca y Aquila (1 Cor 16,19). Cf. Koester, Introduction to the New Testament, 2:143. Otros autores, sin embargo, mantienen, convincentemente, que el capítulo 16 pertenecía a la carta enviada a Roma. Cf. C. D. Myers, "Roman, Epistle to", Anchor Bible Dictionary, 5:818-821 (con bibliografía).]. Además, la agrupación de los nombres indica que había de cinco a ocho iglesias domésticas que Pablo ya conocía en cierto modo. De aquí que necesitara que alguien llevara la carta por las diferentes iglesias domésticas, tal vez acompañado por personajes que eran conocidos por las congregaciones romanas, para que le presentaran. Prisca y Aquila o la "famosa" pareja apostólica formada por Andrónico y Junia (Rom 16,7) podrían haber ayudado de este modo.

             Sin embargo, el emisario para llevar la carta y presentarla en cada una de las iglesias era uno de los colaboradores de la misión egea en quien más confiaba. Se llamaba Febe, la patrona de la iglesia doméstica de Cencreas, el puerto oriental de Corinto. Rom 16,2 es la carta de recomendación con la que Pablo la presenta como portadora o emisaria de la carta. Pablo la denomina "ministro" (en griego, diakonos, o "diaconisa"). Pide que la reciban con hospitalidad, como ella lo había hecho anteriormente. Puesto que venía de Corinto, es posible que conociera personalmente a Prisca y Aquila, por lo que es muy probable que se alojara en su casa de Roma.

La colecta para Jerusalén y la carta a los Romanos (58-59 d.C).

                   CARTA A LOS ROMANOS.
              1ª CARTA A LOS CORINTIOS. 
              2 CARTA A LOS CORINTIOS. 
              CARTA A LOS GÁLATAS.

              Uno de los aspectos que más se han pasado por alto en el estudio de la misión egea de Pablo es la colecta para Jerusalén. Se habla de ella en 1 Cor 16,1-3, Gál 2,10, 2 Cor 8-9 y Rom 15. Según parece, era un proyecto que Pablo había lanzado desde el comienzo de su misión egea, pues constituía uno de los puntos del acuerdo alcanzado con Pedro y Santiago en la asamblea de Jerusalén (Gál 2,10). Al principio parece que tenía la esperanza de que las iglesias gálatas y, tal vez, otras de Asia participarían en ella (1 Cor 16,1). Sin embargo, en la época en que se produce la reconciliación con Corinto (Carta D) pareace que solamente habían colaborado las iglesias de Macedonia y Acaya (2 Cor 8,1; cf. Rom 15,26).

Carta D  2 Cor 1-7: La carta de reconciliación con la que Pablo prepara su última visita a Corinto, en la que llevará a cabo la colecta para Jerusalén [No considero que 6,14-7,1 sea una interpolación o un fragmento de una Carta A perdida, sino que forma parte integral de la argumentación de 2 Cor 1-7]. Fue escrita desde Filipos (57-58 d.C.); el emisario fue Tito (o, posiblemente Timoteo).

                   
                 Podemos conjeturar que su decisión de dejar Éfeso se precipitó, al menos en parte, por la frustración debida al fracaso de la colecta.

                 Corinto sería su base para reunir la colecta final y también para organizar su viaje a Roma y a España. Escribiendo desde Corinto en torno al año 58, explicaba sus planes en la que sería su última carta, la carta a los Romanos:

Rom 15,23-29 "23ahora, en cambio, no tengo yo campo de acción en estas regiones, y como hace muchos años que siento muchas ganas de haceros una visita, 24de paso para España..., porque espero veros al pasar y que vosotros me facilitéis el viaje; aunque primero tengo que disfrutar un poco de vuestra compañía.
          25Por el momento me dirijo a Jerusalén, prestando un servicio a los consagrados; 26porque Macedonia y Grecia han decidido dar una muestra de solidaridad a los pobres entre los consagrados de Jerusalén. 27Lo han decidido, sí, y de hecho se lo deben, porque si los demás pueblos han compartido sus bienes espirituales, les deben a su vez una ayuda en lo material.
         28Concluido este asunto y entregado el producto de la colecta, saldré para España pasando por vuestra ciudad, 29y sé que mi ida ahí cuenta con la plena bendición de Cristo." (Traducción de la Nueva Biblia Española).

                 Pablo quería que los representantes de cada una de las ciudades se reunieran en Corinto para llevar el don de sus iglesias respectivas a los líderes del movimiento de Jesús en Jerusalén. Desde hacía tiempo, Pablo deseaba ver la cara que pondría Santiago al ver a todas las congregaciones gentiles presentando el dinero que habían recogido. Dada la función simbólica del dinero y el patronazgo, como ya hemos visto en otras partes de la actividad misionera de Pablo, el hecho de que Santiago aceptara la colecta constituía una aceptación tácita de la misión de Pablo y de sus iglesias gentiles.


   

Solución de la crisis: la carta de reconciliación (2 Cor 1-8).

                        2 CARTA A LOS CORINTIOS.
                  CARTA A LOS ROMANOS. 


                          Como ya hemos visto, los comentarios de 2 Cor 1,15-2,3 y 7,5-9 muestran que la carta de reprimenda de Pablo había logrado su objetivo, pues Tito tuvo personalmente que mediar en la situación. Probablemente, nunca se dio el caso de que todas las iglesias domésticas de Corinto se volvieran contra él, pero sí una por lo menos -y una que, por el tono de Pablo (2 Cor 2,5-7; 7,12), era importante-. Es bastante probable que ello significara que aquel que "agravió" a Pablo era el patrón de la iglesia doméstica que había acogido a los "superapóstoles" y había rechazado a Pablo. Incluso podría tratarse de Cayo, que era uno de los primeros convertidos por Pablo (1 Cor 1,14) y que no fue su anfitrión en la última visita que hizo a Corinto (Rom 16,23). Desgraciadamente nunca lo sabremos con seguridad. Sin embargo, parte de la estrategia de Pablo (o Tito) parece haber consistido en conseguir el apoyo de otros patrones de iglesias domésticas para presionar o incluso condenar al ostracismo al que había ofendido a Pablo (2 Cor 2,6-7). Ya tranquilizado, era el momento de mejorar las relaciones y reconstruir la cohesión de las congregaciones. De aquí que Pablo les pida que "reafirmen su amor hacia él... A quien perdonéis, también yo perdono" (2.8.10). Así pues, el grueso de la Carta D está consagrado a la exhortación sobre la armonía y la reconciliación (2 Cor 5,17-20).

Carta D  2 Cor 1-7: La carta de reconciliación con la que Pablo prepara su última visita a Corinto, en la que llevará a cabo la colecta para Jerusalén [No considero que 6,14-7,1 sea una interpolación o un fragmento de una Carta A perdida, sino que forma parte integral de la argumentación de 2 Cor 1-7]. Fue escrita desde Filipos (57-58 d.C.); el emisario fue Tito (o, posiblemente Timoteo).

                 Es también el momento de preparar la última visita de Pablo por lo que el tema de la armonía será importante para la siguiente etapa de su misión. Pablo quiere que Corinto sea su punto de partida para el viaje a Jerusalén (2 Cor 8), tras el que se dirigirá a Roma. Tiene que apoyarse no sólo en su hospitalidad y en su ayuda económica, sino también en su influencia sobre las iglesias domésticas de Roma para conseguir sus objetivos. 

martes, 29 de julio de 2014

Los superapóstoles y la reacción de Pablo (2 Cor 10-13).


        No sabemos con exactitud qué salió mal en la segunda visita de Pablo a los corintios, pero, según su punto de vista, fue un desastre total. Se sintió herido, enfadado y frustrado, por lo que les remitió una carta ferozmente crítica. Sólo a partir de las claves que captamos en las siguientes cartas de Pablo (C y D) podemos discernir lo que habría ocurrido y la reacción de Pablo.

Carta C    2 Cor 10-13: La carta de la reprimenda a los corintios tras la "dolorosa" visita de Pablo; fue provocada por una confrontación con otros misioneros a quienes Pablo denomina, con desdén, "superapóstoles". Fue escrita desde Éfeso (55-56 d.C.); desconocemos quién fue su emisario.
Carta D  2 Cor 1-7: La carta de reconciliación con la que Pablo prepara su última visita a Corinto, en la que llevará a cabo la colecta para Jerusalén [No considero que 6,14-7,1 sea una interpolación o un fragmento de una Carta A perdida, sino que forma parte integral de la argumentación de 2 Cor 1-7]. Fue escrita desde Filipos (57-58 d.C.); el emisario fue Tito (o, posiblemente Timoteo).
      Lo que si tenemos claro actualmente es que los problemas encontrados por Pablo durante su segunda visita tienen poco que ver con las divisiones tratadas en 1 Cor.  Pablo afrontaba un nuevo problema suscitado por la llegada de otros misioneros del movimiento de Jesús, a quienes sólo menciona indirectamente y con desdén. En una ocasión les llama "falsos apóstoles" (11,13) y en dos ocasiones los denomina "superapóstoles" (11,5; 12,11). Con este último término parece burlarse de ellos, en particular porque decían poseer poderes milagrosos especiales, por lo que Pablo se vio obligado a defenderse no tanto sobre bases teológicas (como en la carta a los Gálatas, enviada un poco después), sino sobre la base de sus propios poderes carismáticos (12,12). Al parecer, estos nuevos misioneros habían denigrado los poderes de Pablo e incluso su aspecto físico y su elocuencia (10,10-11; cf. 11,12-15). Pablo reprueba su jactancia injustificada, pero, a continuación, procede a jactarse un tanto de sí mismo (10,12-18; 11,16-21) para llegar a su argumento principal: "Pues creo que no soy nada inferior a esos superapóstoles" (11,5).
      Estos nuevos misioneros se parecen bastante a los profetas carismáticos y hacedores de milagros de los primeros días del movimiento de Jesús en Judea. Si lo eran, entonces podrían incluso afirmar que estaban más cerca de Jesús o de los primeros discípulos judíos. Como respuesta, Pablo se jacta de su propia ascendencia judía (11,22) y de sus sufrimientos por Cristo (11,23-33). Finalmente, se vanagloria en nombre de "otro hombre" que subió a los cielos y tuvo una visión apocalíptica de cosas inefables (12,1-4). En realidad se trata también de un dato autobiográfico, pero contado de un modo que lo convierte en una especie de ostentación en la debilidad, que compara con el sufrimiento de Jesús (12,5-10). Concluye con una contundente afirmación del problema:
2 Cor 12,11-13: "11He sido un insensato, vosotros me obligasteis. Hablar en favor mío debería ser cosa vuestra, pues, aunque yo no sea nadie, en nada soy menos que esos superapóstoles. 12La marca de apóstol se vio en mi trabajo entre vosotros , en la constancia a toda prueba y en las señales, portentos y milagros. 13¿Qué tenéis que envidiar a otras comunidades, excepto que yo no fui una carga para vosotros? Perdonadme esta injuria." (Traducción de la Nueva Biblia Española).
        Por tanto, el problema reside en que estos misioneros carismáticos han rechazado a Pablo y al menos algunas iglesias domésticas de Corinto los han aceptado y los han acogido. La "visita dolorosa" debe referirse al hecho de que Pablo llegó al mismo tiempo y fue rechazado por uno o más de los patrones de las iglesias domésticas que tenía la esperanza de visitar. Pablo lo interpreta como una traición a su amistad, dado que era él quien los había desposado con Cristo (11,2). También parece situarse a la defensiva con respecto a su relación económica con las iglesias domésticas de Corinto. Tiene que pedirles perdón por no aceptar su dinero en ciertos momentos del pasado. En el fondo está el problema de si seguirán ayudándole de otras formas una vez que su lealtad y patronazgo se ha desplazado a los "superapóstoles". En la sociedad romana, dar y recibir dinero u hospitalidad era un símbolo importante de lealtad y amistad. No era un asunto baladí [El patronazgo y la hospitalidad eran dos elementos muy importantes en la organización social de las iglesias domésticas de Pablo. En adición a la discusión sobre este tema en las primeras cartas, cf., también P. Marshall, Emitií in Corinth: Social Conventions in Paul´s Relations with the Corinthians, Mohr-Siebeck, Tubinga 1987. Hemos de recordar también que la hospitalidad y la ayuda constituían un tópico en las instrucciones sobre la misión del primitivo movimiento de Jesús, tal como aparece reflejado en la fuente Q.].

Los temas abordados en 2 Corintios.


                Este complejo conjunto de movimientos y cartas es determinante para comprender las últimas fases de la misión egea de Pablo, como también la misma carta 2 Cor. La mayoría de los especialistas aceptan actualmente que lo que llamamos 2 Cor es, en realidad, una combinación de varias cartas o una carta "dividida" o "partida" (cf. cuadro 8.7).



               Un importante dato que se baraja en todo este debate es el hecho de que 2 Cor 10-13 tiene un tono notablemente diferente y mucho más hostil que los capítulos 1-7, en los que el énfasis recae en la tranquilidad y la reconciliación. Teniendo en cuenta el tono, los capítulos 10-13 se ajustan perfectamente a la dolorosa carta de reprimenda (Carta C) en la que amenaza a los corintios con llevar a cabo una acción punitiva en contra de ellos cuando llegue a la ciudad, que sería la tercera visita, si no cambiaban de conducta (2 Cor 13,1-2.11). Sin embargo, la situación es más compleja, puesto que hay especialistas que piensan que hay seis (o más) fragmentos diferentes que podrían fecharse tan atrás como la Carta A. Resumiendo en el cuadro 8.10 las diferentes opiniones sobre el número y el orden de los fragmentos:




      

        Nuestra perspectiva (bastante cercana al punto III del cuadro 8.10) es la siguiente:

Carta C    2 Cor 10-13: La carta de la reprimenda a los corintios tras la "dolorosa" visita de Pablo; fue provocada por una confrontación con otros misioneros a quienes Pablo denomina, con desdén, "superapóstoles". Fue escrita desde Éfeso (55-56 d.C.); desconocemos quién fue su emisario.

Carta D  2 Cor 1-7: La carta de reconciliación con la que Pablo prepara su última visita a Corinto, en la que llevará a cabo la colecta para Jerusalén [No considero que 6,14-7,1 sea una interpolación o un fragmento de una Carta A perdida, sino que forma parte integral de la argumentación de 2 Cor 1-7]. Fue escrita desde Filipos (57-58 d.C.); el emisario fue Tito (o, posiblemente Timoteo).

Carta E  2 Cor 8: Una "carta administrativa" sobre la colecta para Jerusalén. Es posible que Tito llevara una versión de esta carta cuando fue enviado a comprobar la situación de los corintios mientras Pablo se preparaba para ir a Filipos. Pero lo más probable es que Pablo adjuntara esta copia de la carta D (suponemos que Tito fue el emisario de las dos) [También es posible, aunque menos probable a mi entender, que la Carta E fuera redactada como una carta paralela, suponiendo que fuera llevada por Tito, que fue a otro lugar antes de terminar la colecta, mientras que Timoteo fue directamente a Corinto con la Carta D, y luego los dos se reunieron allí.]. Fue escrita desde Filipos (57-58 d.C); el emisario fue Tito.

Carta F  2 Cor 9: Una "carta administrativa" independiente sobre la colecta, enviada a las iglesias de Acaya. Es posible que ésta fuera la primera versión de la carta que Tito llevó y que, por consiguiente, se escribiera desde Éfeso (57 d.C), o puede que se trate de una carta totalmente independiente que fue escrita anteriormente. Se escribió desde Éfeso (57 d.C., o con anterioridad); probablemente, Tito fue el emisario.