jueves, 29 de mayo de 2014

El primer recorrido (49-51 d.C): 1 Tesalonicenses.

                     No sabemos nada de lo que hizo Pablo inmediatamente después de abandonar Antioquía en 48-49 hasta que llega a Grecia y escribe su primera carta, 1 Tesalonicenses. Probablemente, viajaría a través de la zona oriental de Turquía y, quizá, hizo una parada en Tarso. A partir de ese momento desconocemos la ruta que siguió y las paradas que hizo en el transcurso [Los desplazamientos de Pablo se corresponden, más o menos, con los descritos en Hch 16, pero no estamos seguros de cómo sucedieron realmente. Según Hechos, tras dejar Antioquía, Pablo siguió la ruta del sur que conducía directamente a Derbe y Listra, donde se encontró por primera vez con el joven seguidor judío de Jesús llamado Timoteo (Hch 16,1-4). Allí, el "Espíritu Santo" no les permitió dirigirse hacia el oeste, hacia Éfeso, por lo que se volvieron al norte, a Frigia y Galacia, y, luego, por el oeste, a través de Misia, hasta Tróade (Hch 16,6-8). Desde allí se embarcaron a Neápolis y prosiguieron hasta Filipos (Hch 16,11-12).] Finalmente llegó a la costa occidental de Asia, probablemente a Alejandría Troas, la ciudad portuaria romana que se hallaba cerca de la antigua Troya. Desde allí pudo navegar directamente hasta el puerto de Neápolis, en Grecia, y coger la Vía Egnaciana. Esta vía era la principal calzada romana que se extendía a lo largo del norte de Grecia, desde Bizancio hasta Dytrachium y, por consiguiente, la principal ruta que unía Anatolia con Italia. Filipos y Tesalónica eran importante puntos de parada en esta ruta.



              Gracias a los comentarios que encontramos en 1 Tes sobre su itinerario y sus actividades, podemos reconstruir la secuencia de los acontecimientos con gran precisión:

               1 Tes 2,1-2 " 1Sabéis muy bien, hermanos, que la acogida que nos hicisteis no resultó inútil; 2a pesar de los sufrimientos e injurias padecidos en Filipos, que ya conocéis, nos atrevimos, apoyados en nuestro Dios, a exponeros la buena noticia de Dios en medio de fuerte oposición."

              1 Tes 2,18 "18porque nos propusimos haceros una visita -y en particular, yo, Pablo, más de una vez-, pero Satanás nos cortó el paso. "

              1 Tes 3,1-2 "1Por eso, no pudiendo aguantar más, preferí quedarme solo en Atenas 2y mandé a Timoteo, hermano nuestro y compañero en el trabajo de Dios anunciando la buena noticia del Mesías, "

              1 Tes 3,6 " 6Ahora Timoteo acaba de llegar y nos ha dado buenas noticias de vuestra fe y amor mutuo, añadiendo que conserváis grato recuerdo de nosotros y que tenéis tantas ganas de vernos como nosotros de veros. "

              Como podemos observar, Pablo llegó primero a Filipos y después, tras experimentar algún tipo de "oposición", se trasladó a Tesalónica. Pablo estuvo el tiempo suficiente en amabas ciudades como para crear algunas pequeñas congregaciones [En la última carta a la comunidad de Filipo (Flp 1,5; 4,15-16) nos da más información: sus primeros convertidos en Filipos le ayudaron económicamente al irse a Tesalónica.] El comentario que hace en 1 Tes 1,9 ("os convertiréis a Dios, abandonando los ídolos") deja claro que la mayoría, si no todos, de estos nuevos seguidores eran gentiles. Pero luego se vio obligado a partir de nuevo. No se nos dice cuál fue la razón (1 Tes 2,18). Viajó hacia el sur, desde Macedonia hasta Acaya, la provincia romana situada al sur de Grecia, e hizo una parada en Atenas, al parecer lo suficientemente larga como para enviar a Timoteo, su compañero de viaje, de regreso a Tesalónica para comprobar cómo se encontraba la comunidad [Hch 17,1-9 describe los problemas de Tesalónica como resultado de un disturbio provocado entre los judíos; sin embargo, no existen pruebas reales de la existencia de facciones judías de este tipo en Filipos ni en Tesalónica. Hch 16,16-34 nos presenta a Pablo predicando y logrando nuevos convertidos en Atenas, pero no menciona que enviara a Timoteo de regreso a Tesalónica. En su lugar, Hch 17,14-15 dice que Pablo dejó a Silas y Timoteo en Berea (justo al sur de Tesalónica) cuando se dirigió a Atenas, y que los tres se reunieron posteriormente en Corinto (18,5).] Luego, Pablo siguió hacia Corinto, la capital de la provincia de Acaya (cf. Hch 18,1.5). Finalmente, Timoteo se reunió con él en Corinto y le informó de que los discípulos de Tesalónica estaban actuando correctamente y le recordaban con gran afecto.

              Fue en este momento en el que Pablo escribió la carta que ahora conocemos como 1 Tesalonicenses [http://www.1cartaalostesalonicenses.blogspot.com.es/]. A partir de sus comentarios sabemos que la escribió desde Corinto durante su primera visita, en algún momento a finales del año 50 o durante el año 51 d.C. Apoyándonos en esta base podemos hacer ahora una breve reseña de la carta:



            En primer lugar, Tesalonicenses pretendía ser una carta de exhortación, de carácter más bien íntimo, dirigida a los gentiles recién convertidos por Pablo. No es en absoluto un tratado teológico, aunque Pablo parezca responder a algunas cuestiones que se habían planteado desde su partida. A lo largo de la carta expresa la preocupación que tenía por ellos, porque había tenido que abandonarlos y no había podido regresar después. Parece que le preocupaba que pensaran que era una especie de predicador poco fiable. En consecuencia, subraya su comportamiento intachable mientras se encontraba con ellos y el permanente afecto y preocupación que sentía por ellos. En este contexto, se presenta utilizando el modelo tradicional de un "misionero filosófico" cuyo único  objetivo es que mejoraran  (2,7.11). Por tanto, la carta está impregnada de vocabulario filosófico típico de la exhortación y la consolación [Cf., especialmente, las obras de A.J. Malherbe citadas en cuadro 8.2].

           Pablo adapta la forma de la carta a la situación y sus objetivos con pequeñas modificaciones. El cuerpo de la carta comienza formalmente en 2,1, pero el vocabulario de "acción de gracias" vuelve a aparecer en 2,13 y 3,9. En consecuencia, no hay otro contenido en el cuerpo de la carta que la repetición que Pablo hace de su itinerario, que se convierte en poco más que una continuación de la acción de gracias. La exhortación comienza en 4,1, con la utilización de la terminología estándar, pero en 4,9, 4,12 y 5,1 Pablo vuelve a unas fórmulas que, tradicionalmente, son las que introducen los tópicos en el cuerpo de una carta. Por tanto, parece que Pablo, con toda intención, pospuso el tratamiento de estas cuestiones a la parte de la exhortación.      

             Este sutil cambio nos dice varias cosas sobre el contexto de la carta. En primer lugar, es probable que las cuestiones a las que se responde en los capítulos 4-5 fueran temas que habían surgido entre los tesalonicenses desde la partida de Pablo y sobre los que Timoteo había informado tras su regreso. En segundo lugar, la cuestión teólogica principal procede de la muerte reciente de algún miembro de la iglesia de Tesalónica; los creyentes están preocupados por las implicaciones escatológicas: ¿tendrá parte esa persona en el reino venidero? De esta preocupación, como también de la síntesis que hace el autor en 1,9-10, resulta evidente que la predicación del apóstol subraya en sus comienzos los temas apocalípticos relativos al mesías, el eschaton inminente y la ira divina. Pablo tiene que explicarles ahora que, ciertamente, habría un lugar para quienes ya hubieran muerto, basándose en la esperanza judía en la resurrección (4,16), cuando Jesús retornara en el eschaton (5,23). Al colocar estas enseñanzas en la sección de la exhortación, Pablo logra transmitir una réplica más reconfortante y personal a sus preocupaciones. Al mismo tiempo, el tema general y el tono de la exhortación es totalmente coherente  con la propia presentación que hace de sí mismo en la primera mitad de la carta: él es una "madre que cuida de sus hijos con amor" (2,7), un maestro solícito, un guía personal para su mejoramiento (tanto individual como comuntario), y, por consiguiente, el que los lleva a Dios.

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